VICTOR SANDOVAL: LA POESIA MEXICANA, LIBRE DESDE SIEMPRE DE PANFLETOS ECONOMICOS Y POLITICOS
Agencia Internacional de Noticias (AIN).- México, D.F.- El poeta Víctor Sandoval, Miembro Emérito del Seminario de Cultura Mexicana, aseveró, en reciente rueda de prensa, que la poesía en nuestro país, en los últimos cuarenta o cincuenta años, si bien se ha manifestado atenta siempre a las improntas sociales; no ha caído en las tentaciones panfletarias “ni de las economías ni de las políticas”; y que aunque se han preservado características en Sor Juana Inés de la Cruz, es, hasta antes de los cuarenta, cuando se perfila con claridad y riqueza, las ilimitadas pretensiones del género.
Animado por las preguntas de medios y escuchas, el reconocido literato y ex director general del Instituto Nacional de Bellas Artes; aseveró en la Facultad de Filosofía y Letras, donde fue entusiastamente abordado, que los antecedentes más específicos del concepto anteriormente expuesto, nacen con Ramón López Velarde: “Esa piedra de toque que inicia la modernidad mexicana en la literatura. Con él, la patria se mira a sí misma. México se descubre. Así como en términos políticos y económicos, con la Revolución, México se da cuenta de que puede existir y sobre existir a partir de autoerigirse y defender su dignidad, con López Velarde la literatura percibe que México es algo más, mucho más que el tradicional símbolo del águila y la serpiente”.
Dilucidó que si antes, con José Juan Tablada, nuestra literatura había abierto los ojos al mundo y se había hecho poseedora de los destellos vanguardistas que ya irrumpían con el siglo, de las maneras de crear imágenes poéticas en otros lados del mundo, “con López Velarde se entreteje una
expresión poética en donde los olores más sutiles y más acendradamente nuestros, los colores del paisaje, las fibras de la ropa del vestido, van definiendo una forma de ser: no hace falta vestirse de charro; de hecho, el escritor mexicano moderno se inicia con López Velarde: intelectual que viste a la moda y es empleado de alguna dependencia gubernamental”, precisó el Maestro Sandoval, citando al injustamente olvidado Enrique González Martínez, Efrén Rebolledo y Luis G. Urbina.
Explicó el poeta, que en la estética del estridentismo, conocida como la estética “del iceberg”, pues deja ver sólo una parte de lo que sería la figura poética, para que el lector, a base de esfuerzo de imaginería, completara la imagen metafórica del objeto poetizado, nombró a Germán List Arzubide, Manuel Maples Arce, Salvador Gallardo Dávalos, Miguel N. Lira, Arqueles Vela, entre otros. Enseguida habló del grupo de contemporáneos que inició sus actividades alrededor de los años veinte, con José Gorostiza, Ermilo Abreu Gómez, Villaurrutia, Cuesta, Novo, Owen, Pellicer, Ortiz de Montellano, Gorostiza, Torres Bodet, González Rojo, o como Ermilo Abreu Gómez y Elías Nandino que aunque convivieron con ellos, nunca se integraron formalmente al grupo.
Situó el autor de Agua de temporal, Aire Libre, Hombre de soledad, El viento norte y Retorno, entre muchos otros, (Aguascalientes 1929); que en 1940, tuvo lugar la Exposición Internacional del Surrealismo en la Galería de Arte Mexicano de Inés Amor, a la cual asistió André Bretón y en donde dijo que México es un país surrealista. “antes, en la segunda mitad de la década de los treinta, el surrealismo se había apersonado en México, con la presencia de Antonín Artaud. Luego, indicó, con la inmigración española, llegaron a México los poetas, ensayistas y filósofos que son parte vital y perenne de nuestra literatura, como León Felipe, Luis Cernuda, José Moreno Villa, Emilio Prados, Manuel Altolaguirre, Juan Larrea, Juan Rejano, durante años aposentado en el periódico El Nacional; Adolfo Sánchez Vázquez, José Gaos, Ernestina Champourcin, Francisco Giner de los Ríos, Antonio Espina, Agustín Bartra, Max Aub y Manuel Durán “entre los fundamentales”.
El escritor y también Miembro Emérito del Seminario de Cultura Mexicana, se refirió, asimismo, a que en los treinta, hubo un movimiento sobresaliente en la poesía mexicana que fue el que se constituyó a partir de la revista Taller, en la que tuvieron su origen dos poetas angulares: Octavio Paz y Efraín Huerta, quienes respondieron “a las demandas de su tiempo, con un verso cargado de esencias líricas y con un noble interés por el triunfo de la justicia. Tanto nacional como internacional, ambos cantaron a la España Republicana cuando luchaba contra el fascismo y, como es de todos sabido, los caminos de ambos poetas se separaron. Junto con ellos, aunque algunos años menor, surge Alí Chumacero, animador de revistas y autor de una breve pero intensa obra. No olvidó el Maestro Sandoval, mencionar a la revista Tierra Nueva, en la cual comenzaron a publicar poetas como Jorge González Durán, Alí Chumacero y, en la crítica literaria, José Luis Martínez, a quien se deben algunos de los estudios más lúcidos sobre el devenir de las letras mexicanas.
En cuanto a las grandes de la poesía, el poeta aludió a Carmen Toscano, Concha Urquiza, Emma Godoy, Gloria Riestra, María del Mar, Guadalupe Amor, Dolores Castro, Margarita Michelena, Griselda Álvarez, María Luisa Hidalgo, Margarita Paz Paredes, Aurora Reyes, Rosario Castellanos, Eunice Odio (quien habiendo nacido en Costa Rica, arraigó en nuestras letras), junto a Enriqueta Ochoa. “Todas ellas son la continuación, a niveles de excelencia de la literatura iniciada por Sor Juana y continuada en nuestros días, por Elsa Cross, Gloria Gervitz, Elva Macías, Miriam Moscona y Coral Bracho”, observó el multipremiado poeta, quien extendió sus eruditas opiniones, explicaciones y respuestas por muchos minutos más.
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